The Blow(g)

Mi ritmo sabe rico

lunes, octubre 09, 2006

La historia del día

Pensé que había una infinidad de posibilidades en las que tener un mal despertar. Pero este, viejo, me superó. Que una mina de mi grupo de amigas de la primaria se materialice en mi casa, mi vieja le abra la puerta, que la mina se mande a mi cuarto y me despierte como si los años no hubieran pasado es una historia de terror. Que yo me la haya cruzado, le haya preguntado en que andaba y le haya dicho que *bueno, si queres un día pasá a saludarme* no le daba permiso, bajo ningún concepto, a pensar que la quiero, que me importa al menos un poco su vida. Y menos, mucho menos a las 10 de la mañana, cuando todavía no se habían cumplido las 5 horas de sueño, y cuando recién me estoy haciendo amiga de la mañana. Además desde cuando me tengo que someter a escuchar historias de hijos, de la vida en Pacheco, de lo felices que eramos cuando eramos chicas, y de porque todas nos peleamos con Melina. Porque teníamos 14 años y la mina ya estaba loca, por eso nos peleamos, le dije. Y la mina recriminándome que *vos te cortastes* y yo pensando en la clase que ya no iba a poder preparar, los diálogos que no pude practicar para laboratorio, en que tengo que llamar a mi jefa ya, que el hermanito ahora trabaja en pipi y la hermanita ya no hace mas gimnasia y dios a mi que mierda me importa todo esto, me quiero morir aca mismo de lo que sea. Porque ustedes eran insoportables, le dije, por eso me abrí, porque me aburría, y la tipa siguió, tipo caballo contándome todo, todos los detalles y estaba en mi casa, y como sacás a alguien de tu casa sin echarlo, bueno, no, eso es fácil, como sacás a alguien que piensa que los años no han pasado, y que piensa que tiene derecho a cuestionarte, y creé que te conoce, porque te conoce desde chiquita, desde que eras una imbécil a cuerda y entonces se queda, y por un momento temés que se quede a vivir, para siempre, y te use tu cepillo de pelo, tu ropa, tus cosas. Pero bueno, como dice la canción de Tango Feroz que escuchabamos en aquella época, todo tiene un final, todo termina y al fin, no se como, pero creo, no estoy segura, que estoy sentada frente al teclado, sola.