The Blow(g)

Mi ritmo sabe rico

miércoles, junio 07, 2006

Música

Me pregunto si el subte sirve para otra cosa que no sea imaginarse historias. Efímeras, pero historias al fin. Por ejemplo el chico que está sentado en diagonal, tiene unos dientes enormes, pero relativamente bien acomodados y es flaco, muy flaco. Y se me ocurre que es uno de esos que te duran nada pero que son una cosa tierna imposible. Digamos, uno de esos que recordás unos segundos con una sonrisa y la vista perdida.
Después el violinista, que toca una canción que me hace acordar a Réquiem para un Sueño, y me avisa, no te olvides, es otoño, todavía falta el invierno. Y me dice: Réquiem para un Sueño.
La chica que se subió en la misma estación que yo y que leé los mismos apuntes que yo, está sentada también en este vagón, de esta otra línea, y, entre nosotros, me molesta.
De pronto me doy cuenta que tengo la pierna totalmente pegada a la del chico de al lado, a la altura de la pantorrilla. Leé una especie de revista cool. Y pienso que estoy pegada a un extraño y me gusta. Uniéndo los campos energéticos, por qué no. Y nada, siquiera nos dimos una mirada. Pienso que el chico se va a levantar y seguira su vida como si jamás me hubiera tocado la pierna. Próxima estación: se levanta y sale del subte. Me deja desamparada, con esa parte de mi pierna sintiendo el frio muy frio, que este crudo invierno (sin haber empezado) me ha traído.
Y cuando subí las escaleras mecánicas de Retiro hubiera jurado que desde las entrañas salía música, mucha música.