The Blow(g)

Mi ritmo sabe rico

sábado, abril 08, 2006

Parada esperando el tren en la estación un chico, de esos chicos que prejuiciosamente la gente piensa que les va a afanar (me incluyo, lo he hecho alguna vez), me grita: *Flaca, me convidás un cigarrillo?* Y yo relajadísima y convencida de que no me va a afanar, le digo: *Si, pero por favor tene cuidado porque está por venir el tren (porque el chico cruzo por las vías para llegar hasta mi). Le doy el cigarrillo y le digo: *Apurate porque viene el tren y me da miedo que te pise*. Contenta por no ser parte de esa masa de idiotas que piensan que en cada cuadra les van a afanar y por haber sido amable, y hasta buena y preocupada por el prójimo.

Horas después sentada en una esquina de Olivos esperando a mi amiguita P se me acerca un pibe divino, portando un arma bastante importante en la mano, pidiéndome que *quedate quieta y dame todo*. Le dí la plata (30 pe), solo la plata, porque no se iba a llevar mi billetera de leopardo el muy conchudo. Y después me pidió el celular y yo agarré y le dije: *Si, esperá*. Cuando tenía la mano metida en la cartera dije, no, para, este pendejo no se va a llevar mi celular también. Y le dije que me lo había olvidado en mi casa. Y así se fue, caminando lento. Diciéndome alguna boludez que no escuché. Con mis 30 pesos.
Cabe aclarar que la calle estaba llena de gente. Me robaron con por lo menos 50 personas alrededor. Con un arma. Entendés, man.
A la policía la busqué, un ratito nomás, pero desistí enseguida, porque me acordé que ellos están a la cacería de porreros inofensivos como mi novio y sus porriamigos.

¿Cómo es la onda? Es cierto que la plata va y viene, como me dijo mi amiga A más tarde. Ésta, la plata no va y viene. La plata va y viene pero cuando yo lo decido, yo hago que la plata vaya y que la plata venga. Esos sobresaltos en el perfecto círculo me rompen las pelotas, y son cualquiera. Además man, yo *educo al soberano* y por esto, doblemente, no me merezco que me roben ni un centavo.
Y no le deseo la muerte, al muchacho. Tampoco haré comentarios despectivos con respecto a su condición socio-cultural-económica. Solo deseo que se haya divertido con mi dinero, que me gané trabajando y la vida le dará palo.