Oh God, this is what I call a bad mood.

Humedad, psicóloga y depilación. Mala conjunción. Pésima. Quisiera saber quien fue la maldita perra que me dijo que te acostumbrabas a la cera. Quien seas, tengo algo para decirte: Andatealaputaqueteparió. Eso me pasa por no escuchar a mi madre, que fue una vez, y no volvió nunca más. What a mood, dios!
Mi día debería haber muerto en la sala de espera de la psicóloga. Enserio. Estaba yo sentada, aburrida, sosteniendo mi café. Se abre la puerta y de pronto entra el pendejo mas lindo que he visto, por lo menos, en los últimos meses. Me imaginé caminando de la mano por la calle con el (perras, miren que lindo novio que tengo), mirando una peli un domingo (en la cama, claro) y las 28 mil formas en que me lo hubiera garchado. Y encima, me miraba. Después, así como para arruinar los 30 segundos de himnosis, M me dice que pase. Para que proseguir... Ni siquiera es paciente de ahí, sólo iba a hacer no se que boludes que realmente ya no me interesaba.
Y ahora no sé, acá estoy, me puse el piyama para tratar de engañarme y no pensar que en media hora me voy a trabajar.