Me fastidia terriblemente la gente que se hace la misteriosa. Pero me fastidia un poco menos que la gente que quiere llamar la atención, a decir verdad. Me molesta que la gente se sorprenda de mi memoria, y más que nada los pibes que se creen que acordarme todo es equivalente a un deseo irrefrenable de tener sexo con ellos. Me desagrada y hasta desprecio a la gente que no entiende la ironía y el sarcasmo. No tengo ningún respeto hacia las personas que habiendo hecho la secundaria dicen "de que" donde debería ir "que" y viceversa y aquellas que, aplicando mal el imperativo a ciertos verbos, pronuncian un desagradable "delen", "levantensen", etc.; ni hablar de "vistes", "corristes" y compañía. Me pone de terrible mal humor la gente que no sabe adecuarse en tiempo y espacio, contando historias aburridísimas que no le interesan a nadie, o intentando contar cosas graciosas que no lo son. Por último, tengo pena por la gente que osa decir que estudiar no sirve para nada.
QUE ASÍ SEA.
QUE ASÍ SEA.
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