The Blow(g)

Mi ritmo sabe rico

miércoles, junio 22, 2005

Cro-magnon, localidad de Francia (Dordoña), donde fueron hallados, en 1856, restos humanos fósiles y que ha dado su nombre a una de las razas prehistóricas de Europa occidental.

En el caso de Cromagnon en la Argentina, la suerte fue otra. Se encontraron restos humanos, al igual que en Francia, pero lamentablemente se trató de una tragedia totalmente evitable y no de un proceso natural. Y dará su nombre a uno de los recuerdos mas amargos en la historia de nuestro país.
Di a luz este blog unos días antes de que ocurriera la tragedia y desde ese momento, muy esporádicamente, se me ha ocurrido la idea de escribir sobre el hecho. No lo hice por diversos motivos, pero mas que nada, creo que fue más bien porque me cuesta bastante ponerme a opinar deliveradamente sobre un hecho que a herido y sigue hiriendo a tanta gente (más allá de las 193 víctimas).
Realmente no hice un seguimiento del caso en ningún momento. Sé que Chabán fue excarcelado, sé que la banda no quiere hacerse responsable, sé que los padres siguen haciendo quilombo, sé que la justicia es lenta, injusta, subjetiva y aleatoria.
Me gustaría poder afirmarlo con pruebas reales, pero creo que nunca antes en la Argentina había ocurrido algo donde la culpa fuera tan compartida. ¿Cuánto será el total de culpables cuando finalice el juicio?
Vamos por partes.
LOS INSPECTORES son los primeros a apuntar por mi mira. Esos individuos indeseables, durante quien sabe cuantos años, no fueron otra cosa que agentes de la corrupción. Se encargan de encontrarle "el pelo al huevo" para no abrirte el boliche mientras te van vaciando los bolsillos. Y si lo que queres habilitar es una porquería, pero hay buena guita de por medio, no importa, está todo bien. Total, ¿Quién iba a pensar que esa media sombra totalmente desubicada que había ahí arriba podía ser el inicio de una masacre?. Sin embargo, lo fue.
A todo esto ¿Nadie controlaba el desempeño de los inspectores? Porque si hay algo que caracteriza a la burocracia es su estructura excesivamente piramidal. ¿La cometa llegaba más arriba?. Confieso que me gustaría verlos presos o, al menos, juzgados justamente.
El tema de LA BANDA es complicado. Complicado porque envuelve muchas pasiones. Los fans (no sé si todos, pero la mayoría) piden a gritos que Callejeros siga tocando, súplica que, explícitamente, los etiqueta de inocentes. Complicado porque también fueron víctimas. Complicado porque ahora parece que el tema de los contratos entre la banda y los "boliches" no estaba claro legislativamente hablando. Yo me permito dudar mucho de la inocencia de Callejeros. Como miembro de una banda sabés la cantidad de gente que te sigue, por muy geométrico que haya sido el crecimiento de tu público. En consecuencia, sabés si toda esa gente entra o no en tal o cual lugar. Y no me importa si eso estaba escrito en algun código o no; es cuestión de moral.
Por otro lado, el tema de la bengala. ¿Callejeros fomentaba el uso? ¿Lo repudiaba? Creo que no está claro. Y no tengo conocidos a los que les guste Callejeros para ir y decirle "che, loco, decime la posta...". Pero dando vueltas encontre esto que puede resultar interesante: http://mandiyu.blogspot.com/2004/02/cosquin-rock-dia-2-vetamadre-no-los.html (nótese que data de Febrero de 2004). Como líder de una banda, creo que tenés suficiente influencia sobre tu público como para evitar ciertas cosas, como lo fue el hecho de la bengala y de los bebés y niños en el baño. Pero eso quizás sea demasiado subjetivo. Por último, hay algo que me parece necesario recalcar. No creo en la justificación "banda de barrio". Ser un pibe de barrio no te hace más bueno. Si violaste a alguien, sos violador, si mataste a alguien, sos asesino, vivas en NorDelta o en la 31.
CHABÁN. Omar Chabán es un chanta, un tranfuga, un corrupto, un homicida culposo, un vivo al que se le fue la mano, un oportunista y tantas otras cosas que lo hacen, a mi juicio, definitivamente culpable. Pero no hay que olvidar que Chabán hizo hasta donde lo dejaron hacer.
LA BENGALA. Esa maldita bengala. Esa bengala que de no haber sido prendida... Esa bengala que no era una bengala sino un tres tiros. Esa "pirotecnia" que de no haber sido usada habría evitado la tragedia. ¿Quién se atreve a culpar al dueño de la mano que la encendió? Por mi parte, puedo decir que en los recitales la pirotecnia siempre me dió mucho miedo. Que siempre me alejaba lo más que podía cuando veía a alguien con una de esas "armas" en la mano. Pero la realidad es que jamás se me ocurrió decir "che, apagá eso". ¿Por qué? Porque todo el mundo llevaba bengalas (o tres tiros), porque estaba socialmente permitido (no así legalmente), porque no importaba si el lugar era abierto o cerrado. Porque asi es el rock.
Porque el rock, hasta fin del año pasado, fue eso. Fue bengalas, fue tres tiros. Fue borracheras. Fue sudor. Fue saltar. Fue cantar alentando a la banda, cantar "el que no salta es un inglés" o "el que no salta es militar", cantar repudiando a la "banda rival". Fue ser parte de la masa que empujaba para adelante, o al menos de la que se bancaba los empujones.
Dejé el rock un tiempo antes de lo de Callejeros, simplemente porque me había aburrido. Pero ahora miro para atras, y aunque me molestaban mucho las cosas que hacen/hacían al rock que nombré más arriba, me pregunto si no fui parte de eso. Si bién hubiera sido una locura enojarme con algun borracho, o algún piromaníaco, no hacerlo, me hizo parte de ese montón. Me hizo legitimizar lo peligroso, lo irresponsable, lo irrespetuoso, lo desmedido, LO DESCONTROLADO.
Lo llamativo es que el último recital que vi fue de Callejeros. Llamativo por dos cosas, en primer lugar, porque no me gustaban en absoluto y en segundo lugar, porque no creo en las casualidades. Fue el 5/12/04 en un recital a beneficio de la "Casa Vela" y a decir verdad no vi a Callejeros porque me fui antes. Me fui antes porque la cantidad increible de gente que había era insoportable (resultado de la combinacion entre el éxito repentino de la banda y la gratuidad del espectáculo), porque me cansé de ver gente fumando marihuana con sus hijos de cuatro años al lado, porque me di cuenta de que mis amigos y yo eramos prácticamente los únicos que no estabamos drogados o borrachos y no era cómodo y porque, como dije más arriba, ya no me sentía para esos trotes. Claro que esto que estoy contando, no intenta justificar bajo ningún punto de vista a ninguno de los culpables, ni nada por el estilo. Es sólo para reafirmar aquello del descontrol. A partir de esa vez, el rock chabón me sonaba a descontrol.
La única verdad absoluta es, por el momento, que murieron 193 inocentes. 193 pibes que salieron de la casa y se fueron a un recital como miles de veces lo hice yo. 193 pibes que antes de morir se estaban divirtiendo. 193 pibes que supongo, en su mayoría, todavia no habían terminado la escuela. 193 vidas.
Aunque descreída de que realmente suceda, espero que se haga justicia. Espero que esta tragedia nos enseñe algo. Espero que contrario al Cromagnon francés lleno de fósiles, el Cromagnon argentino se mantenga vivo y sirva para que jamás vuelva a suceder algo similar.