Jota
Entre tantas declaraciones nefastas que he hecho últimamente, hoy tengo ganas de contar algo tierno. Hoy pensaba que de no haber sido un fóbico social, J me hubiera acompañado a bailar aunque odiara la gente, la música y sobre todo el humo del cigarrillo. J odiaba mi remera con bulgaros violetas, pero se cagaba de risa y no decía nada. A J le importaba un carajo si me ponia una remera escotada o una pollera corta, porque él estaba seguro de mi amor, y no hacía un big deal de que alguien me mirara las tetas. A J le gustaban mis chistes, hasta los mas pelotudos... siempre siempre nos reíamos. A J yo le parecía hermosa, pero mas que nada, cuando estaba en joggin 3 talles mas grande, con zapatillas deportivas y un buzo gris desagradable. J decía que yo nunca tenía que tener miedo, porque él siempre me iba a proteger (y no hablabla de estar al lado mio para pegarle a alguien o alguna de esas pelotudeses, hablaba de otro tipo de protección, un poco mas mística, llamémosle). J odiaba el cigarrillo como pocas cosas, pero así y todo a veces me daba besos y se bancaba el gusto desagradable. A J no le molestaba que siempre tuvieramos que ir de la mano, porque ir abrazados me resultaba una posición incómoda. J aprendió a dejar de sacarme las cosas de la mano, porque sabía que era algo que yo no toleraba. A J le gustaba mi perfil (mi 3/4 perfil en realidad). A J le empezaron a gustar mis besos el mismo día que a mi me empezaron a gustar los suyos. Con J, no muchas veces, pero algunas, caminamos de la mano por una calle que se llama Bogado.
<< Home